APÓSTOL NACIONAL DE CUBA :
Nació el 28 de enero de 1853 en La Habana y, pese a haber sufrido innumerables agravios (condenado a la cárcel y al posterior exilio), no renunció a sus ideas y utilizó la poesía como un medio para expresarse.
En su poesía puede notarse una fuerte tendencia al realismo y un claro rechazo a la estética propuesta por los amantes de la retórica. A través de versos limpios y directos, el poeta consiguió expresar sus ideas políticas, sus sentimientos amorosos e incluso su posición respecto a las religiones.
José Martí falleció el el 19 de mayo de 1895 habiendo sido alcanzado por balas enemigas, cumpliendo como lo expresara en carta a un amigo, con su deber: defender a su patria.
Cultivo Una Rosa Blanca
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.
El alma trémula y sola
Hay baile; vamos a ver
La bailarina española.
Han hecho bien en quitar
El banderón de la acera;
Porque si está la bandera,
No sé, yo no puedo entrar.
Ya llega la bailarina:
Soberbia y pálida llega;
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina.
Lleva un sombrero torero
Y una capa carmesí:
¡Lo mismo que un alelí
Que se pusiera un sombrero!
Se ve, de paso, la ceja,
Ceja de mora traidora:
Y la mirada, de mora:
Y como nieve la oreja.
Preludian, bajan la luz,
Y sale en bata y mantón,
La virgen de la Asunción
Bailando un baile andaluz.
Alza, retando, la frente;
Crúzase al hombro la manta:
En arco el brazo levanta:
Mueve despacio el pie ardiente.
Repica con los tacones
El tablado zalamera,
Como si la tabla fuera
Tablado de corazones.
Y va el convite creciendo
En las llamas de los ojos,
Y el manto de flecos rojos
Se va en el aire meciendo.
Súbito, de un salto arranca:
Húrtase, se quiebra, gira:
Abre en dos la cachemira,
Ofrece la bata blanca.
El cuerpo cede y ondea;
La boca abierta provoca;
Es una rosa la boca;
Lentamente taconea.
Recoge, de un débil giro,
El manto de flecos rojos:
Se va, cerrando los ojos,
Se va, como en un suspiro…
Baila muy bien la española,
Es blanco y rojo el mantón:
¡Vuelve, fosca, a un rincón
El alma trémula y sola!